Por Víctor H. Hincapié A. – Periodista económico

Aunque los impactos económicos globales a futuro por la aparición del COVID-19 aún son incalculables, su afectación gradual ha sido evidente casi de manera paralela a su expansión. Por ejemplo, en los dos primeros meses del año la producción industrial, las ventas y la inversión en China, lugar donde se originó la pandemia, cayeron a niveles del 90%.

Teniendo en cuenta que este país representa un tercio de las manufacturas para el mundo y es el mayor exportador de bienes a nivel global, los efectos negativos sufridos en su economía local a raíz de sus fuertes restricciones para contener la expansión del virus no se hicieron esperar en los mercados de todo el mundo.

En la primera semana de 2020, cuando el coronavirus era todavía una amenaza lejana para occidente, los indicadores de Wall Street, de la bolsa de Londres y del Nikkei en Japón sintieron un primer remesón negativo, y aunque fue fuerte, nadie anticiparía el desastre que se vive hoy cuando ya el virus fue declarado como una pandemia y ha llegado a todos los continentes.

Los ecos de la parálisis de la llamada «fábrica del mundo», sumados a la caída en la demanda de productos y servicios (las reservas de hoteles y restaurantes en las principales economías de Europa y Norteamérica han caído entre un 80 y un 95%,) más el cierre de aerolíneas por la cancelación de vuelos debido a las restricciones de movilidad en todo el mundo, han llevado al precio del petróleo a su nivel más bajo desde 2001, a los principales indicadores bursatiles (Dow Jones, FETSE, Nikkei) a caídas entre el – 28% y el – 34%, niveles que no se experimentaban desde 1987 y básicamente a un estado de parálisis por miedo e incertidumbre.

A punto de cerrar el primer trimestre, se ha declarado oficialmente una recesión global, economistas de JP Morgan proyectan que la economía de China se contraerá para fin de año en un 40% mientras que la de Estados Unidos lo hará en más de un 14%. Goldman Sachs predice que la economía latinoamericana sufrirá su peor recesión desde la segunda guerra mundial con una contracción de un 3,8% y las pérdidas económicas globales ya superan el PIB de Finlandia o de Chile.

El panorama económico en América Latina con la llegada del Covid-19

El último continente en recibir casos de contagio fue el primero en ser impactado en la devaluación de sus monedas por el escenario negativo que ya se había sentido con fuerza en la zona Euro y en Norteamérica. Los principales índices bursátiles de la bolsa de Sao Paulo cayeron entre 10 y 20 puntos porcentuales; en Colombia el dólar superó la barrera de los 4.000 pesos llegando a niveles históricos, mientras en Chile pasó lo mismo, cuando la divisa estadounidense llegó a 842 pesos chilenos.

Esto sucedió antes de recibir el primer caso de contagio y antes de tomar las medidas de aislamiento preventivo que primero se determinaron en Colombia y luego se fueron replicando en otros países de la región. Hoy la situación va más allá de los índices macro económicos y se ha tornado en una situación de crisis profunda a nivel social, humanitario y económico.

Medidas de choque por la llegada del Covid-19

La primera acción fue que los bancos centrales de las principales economías del mundo, entre ellos la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, redujeron las tasas de interés con el fin de abaratar el dinero, facilitar el crédito y alentar el consumo para reactivar la economía. Esta medida aún no ha tenido el impacto esperado.

Por otra parte, la Cámara de Representantes de EEUU aprobó el viernes pasado una partida de USD 2,2 billones para ayudar a las empresas y a las personas para hacer frente a la recesión.

En Colombia, primer país de América Latina que tomó medidas en cuanto a aislamiento preventivo y manejo económico de la crisis, el Gobierno Nacional aprobó una partida presupuestal de COP 38 billones, de los cuales COP 23,5 billones se destinarán a aumento de cupos del Banco de la República para asegurar liquidez de la economía y el resto se distribuirá en diversos frentes. Dentro de la iniciativa Colombia Responde, Bancoldex destinó una línea de crédito de COP 250 mil millones destinados a los sectores de turismo, aviación y sus cadenas de suministro y se expidió un decreto para modificar los plazos para presentar el impuesto de renta de grandes contribuyentes.

También hay en marcha una línea de garantías para el pago de nóminas, se eliminó el IVA para importación de productos y tecnologías de salud, se aplicará cero arancel a 110 productos de salud durante seis meses y hay alivios financieros para las pequeñas y medianas empresas que necesiten recursos para el pago de créditos para los próximos dos meses, sin que les genere reportes en centrales de riesgo.

Previo a estas medidas Bancolombia ya había anunciado una línea especial de créditos destinada al pago de nóminas empresariales por COP 500.000 millones, adicional al congelamiento de créditos por tres meses para todos sus clientes.

Alivios financieros en Colombia para pymes por la llegada del Covid-19

Adicional a la línea especial de crédito de Bancolombia, otros bancos en Colombia se sumaron al paquete de alivios para pymes y empresas grandes.

Dentro de las más destacadas BBVA congeló por seis meses los créditos empresariales con un período de gracia de capital e intereses y creó una línea especial para capital de trabajo por COP 300 mil millones. Los bancos AVAL se comprometieron a pagar en esta semana las facturas de sus 4.500 proveedores pyme y microempresarios y habilitaron una línea de crédito por COP 1 billón para pago de nómina a tasas preferenciales. Y Davivienda estudiará caso por caso las pymes para el aplazamiento de cuotas y hará acompañamiento en las necesidades de flujo de caja.

Panorama de alivios financieros en Latinoamérica por llegada del Covid-19

El panorama en el resto de Latinoamérica es muy similar al de Colombia en cuanto a medidas y reacción de la banca para ayudar a los emprendedores y empresarios a mantenerse a flote.

Los que han presentado mejores planes de alivio para las pymes, además de Colombia, son Brasil, que destinó USD 36 mil millones en recursos para atender la emergencia económica, y de esa partida USD 2 mil millones se enfocarán en un plan anti-desempleo para mitigar el impacto tanto en las empresas como en los ciudadanos.

Chile creó un plan de ayuda de USD11.750 millones equivalente al 4,7 de su PIB y promulgará una ley de protección a los ingresos laborales, para que los empleados que no puedan hacer teletrabajo sigan recibiendo su remuneración a pesar de quedar en paro, inyectando liquidez en las empresas para priorizar pagos de nómina.

Perú constituyó un fondo de apoyo empresarial por USD 85 millones destinado a que pequeñas y medianas empresas se mantengan a flote y no se interrumpan cadenas de pago. Se amplió el Fondo Crecer, que es un fondo de garantías nacional y se aplazó el pago de impuesto de renta para las pymes.

En Ecuador la Asociación de Bancos Privados resolvió aplazar hasta 60 días los pagos de créditos micro empresariales sin ningún recargo de intereses y el Ministerio de Agricultura flexibilizará las operaciones de crédito de los agricultores para garantizar la producción y el abastecimiento de alimentos.

En Costa Rica los bancos públicos y privados se acogerán a la directriz presidencial de recortar las tasas de interés y extender plazos de crédito tanto para empresas como para personas naturales. Así mismo, las empresas que tengan una disminución de ganancias a partir de un 20% podrán reducir sus jornadas a medio tiempo y las que presenten pérdidas de más de un 60% podrán reducir sus jornadas hasta un cuarto de tiempo. En ambos casos el gobierno central garantizará su liquidez a través de figuras de factoring, siempre y cuando den prioridad al pago de nómina de sus empleados.

El rol de las fintech con la llegada del Covid-19

Fintech Colombia, asociación que agrupa estas empresas en el país, envió al gobierno una propuesta con tres estrategias que ayudarían a mantener la economía a flote, dada la diversidad de herramientas y la velocidad con la que se mueven estas empresas.

La primera estrategia es la creación de un fondo contingente para las fintech con el fin de que éstas puedan brindar alternativas de crédito a las empresas a través de las figuras de factoring y confirming, instrumentos que pueden brindar liquidez a las pymes en cuestión de horas, mucho más ágil que lo haría la banca tradicional.

La segunda estrategia es servir como garantes en ventas de títulos del Banco de la República a través de una alianza con Bancoldex, con lo cual las fintech pueden seguir generando créditos a emprendedores de base. En esta línea Bancoldex también podría utilizar la infraestructura tecnológica de las fintech para agilizar la aprobación de créditos.

Y la tercera estrategia es aumentar el nivel de cobertura, solicitando que el Fondo de Garantías se apoye en ellas para generar liquidez a más pymes de los sectores más en menos tiempo.

Finalmente las fintech son clave a la hora de facilitar el movimiento del dinero y la entrega de recursos a población vulnerable.

Los retos en Latinoamérica por la llegada del Covid-19

Los emprendedores y empresarios en general en la región se encuentran en un estado de incertidumbre por el COVID-19, pero es importante mantener la calma, no caer en la desinformación que genera pánico y asesorarse muy bien en el manejo de su recurso humano y financiero para soportar esta situación. Entender además que los gobiernos han empezado a reaccionar y que los emprendedores y empresarios son la energía vital de la economía, por lo cual es importante trabajar mancomunadamente.

Nuestros emprendedores latinoamericanos han demostrado siempre la resiliencia como una de sus características, además del trabajo en equipo y la creatividad, no sólo para crear productos y servicios revolucionarios, sino también para mantenerse a pesar de las adversidades. Este es el reto que nos plantea la actualidad y sabemos que podemos superarlo.

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