Esta es la era del emprendimiento y la innovación. Pareciera ser que las nuevas generaciones vienen impregnadas de toda una cultura emprendedora, con ganas de “comerse el mundo”, crear su propia empresa, ser disruptivos, marcar hitos en el mercado y posicionarse en el tiempo.
Y es que una de las características que más define el ADN de los emprendedores es la capacidad de estar en constante generación de ideas, pero no basta solo con ellas. Hay que buscar la forma de materializarlas, identificar las oportunidades y ponerlas a funcionar:
- Observa a tu alrededor:
Detente un momento y mira lo que pasa a tu alrededor. En todos los lugares a los que vas puedes detectar situaciones que reflejen necesidades o aspectos por mejorar, esto te ayudará a pensar en cómo podrías aprovechar esas experiencias para ofrecer un nuevo o mejor producto.
- Identifica qué quieren tus clientes:
Recuerda que los clientes son la voz de toda empresa. Si conoces perfectamente lo que quieren podrás tener un panorama más amplio de los productos o servicios adicionales que les puedes ofrecer, lo que podría representar una oportunidad adicional para tu negocio.
3. Busca nuevos segmentos de mercado:
Reconoce la existencia de nuevos grupos poblacionales y analiza sus necesidades. Eso te ayudará a expandir tu negocio y tener mayor presencia en lugares que antes no contemplabas dentro de tu nicho de mercado.
- Mantente en onda:
Cada día surgen nuevas tendencias que logran gran acogida a nivel masivo. Haz parte de ellas, mantente al ritmo de la moda, ya sea por temporada o por campañas que atiendan a nuevos estilos de vida. Si te unes a ellas, lograrás mayor aceptación en el mercado y tus clientes se identificarán más con tu negocio.
- Viaja:
Viajar no solo te ayuda a abrir la mente, también te ayuda a darte cuenta de cómo las cosas funcionan en otros sitios. Es una maravillosa oportunidad para descubrir nuevas ideas, traer a tu entorno experiencias o productos novedosos o encontrar opciones para mejorar lo que ya estás haciendo.