El plástico ha inundado nuestra vida cotidiana. Su creciente producción y uso desproporcionado amenazan con contaminar cada rincón del planeta y la situación que vive el mundo es dramática. Se estima que la producción de plástico para 2020 se acercará a las 500 millones de toneladas y, sumado a eso, su lento proceso de degradación hace que sea el mayor enemigo de la vida marina.

Muchas personas y organizaciones a nivel mundial han visto esta problemática y han intentado aportar un granito de arena para disminuir su uso y concientizar a la humanidad sobre reducir los efectos devastadores que los plásticos tienen sobre los ecosistemas.y

Como una solución medioambiental al grave problema que sufre el planeta, el mexicano Scott Munguía creó en el año 2012 “BioFase”, una empresa tecnológica dedicada a producir bioplásticos a partir de semillas de aguacate.

Scott cursó ingeniería bioquímica en el Tecnológico de Monterrey y a lo largo de su carrera se fue especializando en tecnología de bioplásticos. Durante sus investigaciones pudo identificar que, a nivel mundial, las principales materias primas para producir bioplásticos eran el maíz y la papa, pero se dio cuenta que aunque los productos desarrollados a partir de estos alimentos cumplen con el objetivo de ser menos contaminantes, no son muy convenientes en términos de económicos, por lo que siguió investigando con otras opciones de materia prima, hasta que encontró en la semilla de aguacate una molécula que se puede transformar en plástico biodegradable.

De esta manera Munguía encontró en el aguacate un aliado potencial para su negocio, teniendo en cuenta que México es considerado el mayor productor mundial de aguacate, con más de un millón de toneladas al año, y que las empresas que industrializan el vegetal para elaborar diferentes productos generan aproximadamente unas 25.000 toneladas de desechos de semilla al mes:

Estas empresas sólo aprovechan el mesocarpio, o lo que es la carne del aguacate. Entonces lo único que nosotros hacemos es recolectar este deshecho que generan las empresas, lo que abarata fuertemente nuestros costos. Esto vuelve atractiva nuestra resina biodegradable porque son productos sustentables, accesibles y radicalmente más baratos que cualquier otro bioplástico.” Indica su creador.

El modelo de negocio de Biofase trabaja en tres tipos de productos, contando con la mayor planta productiva de bioplástico en México: Resinas, productos biodegradables (vasos, sorbetes (pitillos), bolsas, platos y cubiertos) y productos y proyectos especializados (elaboración de moldes para hacer productos específicos).

El producto se degrada en 240 días, según las condiciones ambientales, y tiene una vida útil cercana a los cuatro años.

Lo mejor de todo es que los plásticos biodegradables elaborados por esta compañía son vendidos al mismo precio que los plásticos tradicionales, por lo que resultan altamente competitivos y totalmente accesibles para los consumidores en un mercado en el que cada vez más la sociedad empieza a reclamar la presencia de productos ecológicos.

Al igual que Scott, muchas personas están buscando reducir los impactos que los plásticos tienen en el medio ambiente. Cuéntanos cómo lo estás haciendo tú y déjanos aquí tus sugerencias para que entre todos mejoremos el planeta.

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