Chill it, que en español significa “enfríalo”, es un prototipo creado por un grupo de amigos argentinos con el propósito de “enfríar” casi cualquier tipo de bebida. Un invento que ha dejado a más de uno con la boca abierta y a los amantes de la cerveza flipando.

Se trata de una maquina en la que se introduce, por ejemplo, una lata de cerveza, y en cuestión de 30 segundos, la lata o cualquier otro producto bebible que se haya ingresado al prototipo, sale totalmente fría. Lo mágico de Chill it es la velocidad con la que hace que las bebidas bajen de temperatura, y lo más sorprendente aún es que este proceso lo hace sin hielo. Para hacernos una mayor idea de lo que estamos explicando, sus creadores lo llaman “el microondas que enfría

Aunque no se explica en detalle como funciona el ingenioso dispositivo, pues este aun no ha sido patentado y requiere ser protegido de cualquier intento de copia, a simple vista se ve como cualquier otro electrodoméstico que se conecta a una fuente de electricidad y lo mejor de todo es que consume mucho menos energía que un refrigerador.

La idea surgió hace cinco años en la universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), donde Marcos Condomí Alcorta, Nicolas Kolliker Frers y Santiago Schmidt, estudiantes de Administración de Empresas, la presentaron como un trabajo práctico sobre innovación.

De acuerdo a Santiago Schmidt: «Se nos ocurrió esto porque nos parecía genial poder tener cerveza fría al instante, ya sea en una discoteca o en cualquier fiesta. Una vez presentado, el proyecto parecía súper atractivo, y los profesores nos insistieron para que intentáramos buscarle la vuelta al negocio”.

Durante varios años de investigación y desarrollo pensaron en muchas formas de llevar a la realidad su idea y convertirla en un modelo de negocio. En un principio se les ocurrió que podían usar nitrógeno, pero les resultaba demasiado costoso. Por lo que decidieron seguir insistiendo con otras opciones, realizaron estudios, pruebas, ensayos, algunos en los que fracasaron, hasta que finalmente encontraron el método que buscaban y que les está dando el reconocimiento que hoy están alcanzando.

Todo esto fue posible gracias a que Luciano Cismondi y Pablo Di Lorenzo, estudiantes de ingeniería electrónica, se sumaron al proyecto y lograron ayudar a sus creadores iniciales a transformar esa idea que parecía imposible, en una máquina que realmente funciona.

Según sus creadores, el microondas que enfría tiene una extensa vida útil, ya que no utiliza ningún elemento consumible. Además argumentan que con el uso de su tecnología, los mercados de bebidas podrán ahorrar significativamente en energía, ya que no necesitarán tener una bebida por varios días en un refrigerador.

El objetivo de estos jóvenes argentinos es lograr que alguna empresa tecnológica con capacidad de producción industrial se interese por su prototipo y quiera producir estos dispositivos a gran escala. Desde hace un par de años se encuentran negociando con varias empresas de la industria de las bebidas que han mostrado sus intenciones en obtener una licencia del modelo.

Aunque en el pasado iniciativas similares ya han intentado alcanzar su desarrollo, ninguna de ellas ha logrado superar los records de tiempo que ha logrado Chill it.

En hora buena por estos emprendedores latinoamericanos, son un claro ejemplo de lo que es la innovación en su máxima expresión. Esperamos que muy pronto Chill it esté presente en los mercados del mundo.

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