El documento difundido por el Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC, por sus siglas en inglés), está enfocado en hoteles y establecimientos comerciales, y señala que se implementarán medidas de limpieza y sanitización en esos lugares, lavado y desinfección de manos de todas las personas en puntos de entradas, salidas y baños, así como acciones para reducir el contacto entre clientes o huéspedes.

Para los hoteles promoverán además desinfección de tarjetas de habitaciones y fomento de pago electrónico; desinfección de controles de TV, interruptores de luz, termostatos y manijas de puertas; limpieza y reducción de capacidad en elevadores; fomentar el uso de escaleras; entrega de desayunos en la habitación; en tanto que se buscará que los buffets deben garantizar que los huéspedes no manipulen alimentos.

En el caso de establecimientos comerciales, el protocolo señala distanciamiento social con marcadores visuales especiales; uso de máscaras faciales y escaneo térmico; fomento de mapas digitales, gestión de filas, menús electrónicos y compras virtuales; promover pagos sin contacto, recibos por correo electrónico y WIFI gratuito; gestión de asientos y filas de acuerdo con los requisitos de distanciamiento social; y límites de capacidad en estacionamientos, para evitar el hacinamiento.

Algunas previsiones del sector turismo para el 2020

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) esta actividad caerá este año en el mundo alrededor del 3%, lo que supondrá pérdidas que oscilan entre USD 30.000 y USD 50.000 millones.

La previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de una afectación del 0,2% en el PIB mundial en el año 2020 a causa del coronavirus tiene como protagonista al sector del turismo.

Por su parte en Latinoamérica, de acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo, en el que plasma varios escenarios con la pandemia, para el cierre de este año 2020 se prevé que los ingresos por turismo se reduzcan alrededor de 30%, lo que equivale a un 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB), según uno de los mejores de los escenarios plasmados en el informe.

Si la pandemia dura tres meses, en el mejor escenario la reducción de ingresos por turismo como porcentaje del PIB sería de 0.8%, en un escenario pesimista 1.3% y en un caso extremo 2.0%.

Si dura seis meses en el escenario medio las pérdidas equivaldrían al 1.5% del PIB; en uno pesimista a 2.5% y el caso extremo a 4.1%.  Si se extiende por nueve meses el impacto sería 2.3%, 3.8% y 6.1% en cada escenario respectivamente, de acuerdo a los cálculos de los expertos del BID.

Impacto del protocolo hotelero

Según Gloria Guevara Manzo, Presidenta y CEO del WTTC, los protocolos reflejan el nuevo rostro del turismo y buscan la pronta reactivación del sector, la recuperación de los empleos y resarcir las enormes pérdidas financieras que dejó la caída del turismo por la pandemia. «Es fundamental que haya coordinación en el sector y que se implementen medidas globales para regresar la confianza del consumidor, y que sean adoptadas por los gobiernos y el sector privado”, aseguró la directiva del gremio.

El documento adelanta además que durante las próximas semanas se lanzarán protocolos para las demás industrias turísticas, entre ellas aviación y cruceros, que contemplarán protocolos de distanciamiento, mayores medidas de desinfección y uso de tecnología para reducir los puntos de contacto de las personas.

En la elaboración del protocolo participaron miembros del WTTC y organismos como el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), la Asociación Internacional de Cruceros (CLIA) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Las medidas buscan impulsar la confianza en los turistas para volver a viajar en la medida en que el riesgo de contagio de la enfermedad se mantendrá aun después de que se levanten las medidas de distanciamiento social y las restricciones de viaje.

En abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró inapropiado implementar acciones como pasaportes y certificados de destinos Covid Free, luego de que esas acciones podrían relajar las medidas sanitarias y hasta causar nuevos brotes de la enfermedad, además de que no hay evidencia de que un paciente recuperado de Covid-19 tenga inmunidad ante un posible nuevo contagio.

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