Mientras el coronavirus de Wuhan avanza y se expande por todo el planeta, miles de empresas, emprendedores, científicos e instituciones están enfocando todos sus esfuerzos en encontrar soluciones que ayuden a mitigar los devastadores efectos de la pandemia. No obstante las desoladoras consecuencias que el mundo está sufriendo en cuanto a la salud y la economía, los avances que se han obtenido en innovación y desarrollos tecnológicos y científicos están resultando alentadores.

Y a pesar de que la crisis generada por la llegada del Covid-19 está acaparando toda la atención, en el mundo siguen existiendo miles de problemáticas que no pueden ser olvidadas y que requieren acciones urgentes si queremos seguir avanzando en la conservación del planeta. Sin duda alguna, una de las preocupaciones que mayor número de seguidores ha ganado en los últimos tiempos es el uso del plástico y la contaminación que este genera en ecosistemas terrestres y marítimos.

Como una solución a ese problema, un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz en España (UCA) logró desarrollar un producto agro – compuesto formado con residuos de remolacha azucarera, este producto reúne todas las condiciones óptimas para poder usarse en agricultura y sustituir algunos plásticos contaminantes.

De acuerdo a lo explicado por la universidad en un reciente comunicado, esta investigación que fue publicada en la revista Journal of Cleaner Production se centra en la producción de un material que combina polietileno de baja densidad lineal, uno de los materiales termoplásticos más utilizados en la fabricación de productos como bolsas, con carbocal, un subproducto resultante del proceso de separación de los no azúcares del jugo extraído en la remolacha azucarera.

El resultado de esta combinación de materiales es un producto respetuoso con el medio ambiente y la economía circular de composición sostenible e innovadora.

Así mismo, la universidad en su comunicado manifestó que este estudio ha permitido evidenciar que: “este novedoso material ha demostrado su eficacia para reemplazar a algunos plásticos sintéticos o derivados del petróleo que son muy demandados y dañinos con el medio ambiente”.

Los investigadores han comprobado que el uso de este producto contribuye a reciclar los desechos agrícolas que de otra forma se perderían, al tiempo que reduce la huella de CO2, y favorece el uso de materias primas secundarias de alta calidad.

Frente a esto la Universidad de Cádiz ha enfatizado que en la actualidad la reducción del uso de los plásticos contaminantes se ha convertido en todo un desafío para las diferentes industrial alrededor del mundo. Por eso el uso de materiales de producción ecológica supone un gran reto a alcanzar tanto para el sector de producción de plásticos como para el sector de ingeniería de materiales en general.

De esta manera los investigadores de la UCA están apostando por desarrollar compuestos basados en la agricultura como una alternativa eficaz para futuras estrategias políticas o empresariales: “Los productos derivados de la agricultura se pueden afianzar como un revulsivo para la industria global ya que conllevan un menor coste de producción, muestran un mejor funcionamiento y además aportan propiedades beneficiosas para la sostenibilidad”.

Ya se obtuvieron con éxito los primeros prototipos a partir de sus propios moldes de inyección y se espera que en un futuro no muy lejano se pueda desarrollar a gran escala esta solución que promete convertirse en un salvavidas para mitigar la contaminación del planeta.

 

 

 

 

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