Frente a la crisis que atraviesa el planeta por la creciente oleada de infectados a causa del Covid-19 y ante la abrumadora demanda de elementos sanitarios y de protección para el personal médico y personas vulnerables, surgen iniciativas que prometen ayudar a mitigar el devastador impacto de la pandemia.

Sin duda alguna, el compromiso y participación de los emprendedores para encontrar soluciones que aporten y ayuden a cubrir las diferentes necesidades de la población en estos tiempos difíciles, ha sido determinante en la lucha que estamos enfrentando todos los seres humanos contra ese enemigo en común que ya se ha llevado la vida de miles de personas.

En ese sentido los emprendedores de la startup chilena Copper3D, recientemente lanzaron un diseño descargable en un archivo STL de código abierto de una mascarilla antiviral para su impresión en 3D.

Esta startup que tradicionalmente desarrolla materiales antibacterianos para evitar infecciones ha logrado llevar esa tecnología al ámbito de las mascarillas con PLACTIVO, un nanocompuesto de cobre que desactiva los virus, es biodegradable y cuenta con la aprobación de la FDA, tiene certificación ISO y cumple con los estándares de la Unión Europea.

Una excelente alternativa que podría ayudar a salvar vidas supliendo una de las principales necesidades de la coyuntura global: las mascarillas N95

Con su iniciativa “Hack The Pandemic” la chilena tiene como objetivo movilizar a nivel mundial a todos los fabricantes de máquinas, equipos farmacéuticos y servicios de impresión, entre otros, para crear estas máscaras que actualmente escasean en los hospitales y sitios de distribución.

Según información de la compañía, científicos alrededor del mundo están detrás del prometedor proyecto y ya han adelantado una solicitud de patente.

Entre las bondades que ofrece la “NanoHack”, nombre con el que sus creadores han bautizado la máscara, es que esta es antiviral, reutilizable, modular, lavable, reciclable y asequible. Aunque para fabricarla además de la impresora 3D se necesitará el PLACTIVO, pues este plástico único es el que hace que la mascarilla sea antiviral y antibacteriana.

El sistema de fabricación del prototipo incluye varias capas de diferentes geometrías para garantizar una filtración eficiente de partículas finas. La máscara debe imprimirse en varias piezas y luego debe ensamblarse manualmente. Proceso que resulta bastante fácil para cualquier persona y puede llevarse a cabo sin ningún problema.

Lastimosamente por esta época el material tiene una gran demanda, por lo que la startup está pasando por una escasez global de sus materiales.

Según Daniel Martínez, Director de innovación de Cooper3D: “El virus actual ha causado un colapso en las cadenas de distribución en todo el mundo. Sabemos que la impresión 3D puede ayudar, pero todavía lleva tiempo. Por lo general, toma alrededor de 2 horas imprimir estas máscaras, por lo que nos obligó a pensar en optar por la colaboración. Necesitábamos un concepto de fabricación distribuida, con redes de impresoras 3D que funcionaran las 24 horas del día y los 7 días de la semana para fabricar una gran cantidad de máscaras en poco tiempo. Es por eso que decidimos coordinar una red global de nuevas empresas, fabricantes, universidades y empresas asociadas”.

Los archivos STL para imprimir la máscara se pueden descargar gratis y ya han alcanzado más de 3 millones de descargas por todo el mundo. Se puede descargar con instrucciones claras de cómo ensamblarla en el siguiente enlace: https://copper3d.com/

 

 

 

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