La tecnología y la pandemia están modificando todo y la última tendencia en la gastronomía mundial son los restaurantes inteligentes, lugares dónde todo está sistematizado, desde las reservas, los pagos, los pedidos y hasta la necesidad de reponer determinadas cosas de la cocina porque se están acabando. Los sistemas son capaces de conectarse directamente con los proovedores para pedirles una nueva ración de calamares para dentro de tres días. Se puede pasar una velada increíble en ellos sin interactuar con ningún ser humano.

Uno de los referentes mundiales de este tipo de restaurantes es el Mirai Resu de Japón en dónde la mesa se transforma en una gigante touch screen lista para que ordenemos lo que queramos en el idioma que sea de nuestra preferencia. Con un dispositivo Apple el sistema Ibeacon identifica al usuario automáticamente.

Otros restaurantes japoneses como el Sushi Genki no tienen meseros sino unas bandejas deslizables que salen a toda velocidad de la cocina y se detienen frente a la posición comensal que anteriormente hizo ese pedido en un ipad.

En 2018 esta tendencia llegó a América Latina con Foster Nutrition, el primer restaurante de Argentina que no aceptaba dinero en efectivo y el primero de América Latina que automatizó todo el proceso. El concepto de ese negocio es muy similar al del supermercado sin cajeros de Amazon, que inauguró a principios de ese año en Seattle.

La gran novedad en ese entonces de este ‘fast food gourmet’, como lo definieron sus creadores, eran los tiempos de espera para disfrutar de la comida. Una vez que el cliente realiza el pedido y el pago a través de las tablets ubicadas para tal efecto, debe dirigirse a un panel de boxes donde aparece su nombre y puede recoger su pedido para comer allí mismo o llevar. Este proceso puede durar entre 30 segundos y tres minutos y medio. En ese intervalo de tiempo, el consumidor tiene lista su comida.

El turno ahora es para Colombia

En medio de la crisis que vive el sector gastronómico a nivel mundial y las medidas de bioseguridad de la «nueva realidad», la cadena bogotana de restaurantes MUY decidió apostar por el primer restaurante automatizado y sin contacto en Colombia.

Desde el año pasado la compañía venía trabajando en la implementación del sistema de pantallas y comida para llevar, más como un modelo híbrido, de los cuales alcanzaron a abrir 8 puntos en los cuales la persona armaba su almuerzo y lo llevaba a un bajo costo. Pero este año, y más con la presión sobre las medidas de bioseguridad que se tendrán que adaptar para el sector gastronómico, la apuesta en un punto completamente automatizado es más que oportuna.

«Desde nuestros comienzos hemos ido presentado innovaciones tienda a tienda, con nuestro propósito de combinar una buena y económica oferta de producto, apalancándonos de tecnología, ahora los clientes pueden automatizar el pedido, automatizar el pago y recibir una entrega organizada y estandarizada, muy conveniente para este momento de pandemia”, explicó José Guillermo Calderón, CEO de MUY, quien también es cofundador de la plataforma Domicilios.com

En este concepto automatizado, los usuarios pueden avanzar su pedido desde la aplicación Android o iOS y pagar en línea. Cuando llegan sin haber avanzado el pedido, pueden llegar a pedir en pantallas de autogestión, pagar con cualquier método de pago (crédito, débito o incluso efectivo). En ambos casos, la comida se recoge en un casillero.

Del otro lado, en la cocina, si son humanos los que preparan la comida, pero con el concepto de ‘cloud kitchen’, que usa analítica y data para saber qué ingredientes tienen, qué ingredientes necesitan y qué tienen que cocinar según las predicciones. “Eso se logra cuando unes la recepción de inventario, con el inventario producido, con horno, con los casilleros y con las pantallas, se crea magia”, agregó Calderón.

Es software ayudando con las decisiones y los procesos, pero también tienen equipos para automatizar parte de las recetas y la cocción. No es para menos, como ningún otro restaurante en la región, tienen un equipo de ingeniería de unas 55 personas.

MUY, que en todas sus rondas de inversión ha acumulado USD 20.5 millones en capital para sus operaciones, tiene el respaldo de fondos con ALLVP y Seaya Ventures.

Este año esperaban llegar a 150 puntos de venta en Colombia, México y Brasil, pero con la llegada del Covid-19 se detuvieron algunos planes, pero no la compañía.

A estas alturas han podido lograr algo que pocos pueden decir: recuperaron el nivel de ventas que tenían antes del impacto del coronavirus. La razón es que MUY desde el principio fue pensada y optimizada para domicilios.

Con la crisis, tuvieron que cerrar las tres primeras semanas para ajustar los protocolos de bioseguridad porque el grueso de sus ventas eran las visitas de los clientes, sin embargo reajustaron todo para intensificar la balanza hacia los domicilios.

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