La desigualdad de género en el acceso a servicios financieros sigue siendo una problemática en América Latina, a pesar de que algunos estudios muestran que las mujeres presentan una tasa de morosidad menor que los hombres en créditos otorgados por instituciones financieras formales.RapiCredit, que ofrece servicios de créditos online, señaló que en 2022 las mujeres evidenciaron un mejor comportamiento de pago, con una tasa de morosidad 13% inferior a la de los hombres.
Sin embargo, aún existen barreras culturales y sociales, falta de educación financiera, falta de propiedad de activos y discriminación de género en el mercado laboral y en el acceso al crédito, que impiden que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres frente a los servicios financieros. A lo que se suma, la baja confianza de la banca en este grupo poblacional, lo que ha derivado a que sean menos propensas a utilizar tarjetas de crédito, préstamos y otros servicios financieros.
Según expertos, estas consecuencias pueden ser la principal razón por la que las mujeres son más comprometidas con este tipo de obligaciones. Pues a menudo, han tenido que trabajar más duro para ganar y mantener una buena reputación bancaria, lo que las hace más conscientes de la importancia de cuidar su historial y de tomar medidas para asegurar su solvencia a largo plazo.
Además, las mujeres también son más propensas a establecer metas financieras a largo plazo y a trabajar hacia ellas de manera sistemática. Esa actitud de planificación y organización se traduce en una mayor disciplina financiera, lo que a su vez reduce el riesgo de incumplimiento en las obligaciones crediticias.
Otra razón, obedece a que a menudo las mujeres son las responsables de la administración financiera en el hogar. Suelen ser las encargadas de pagar las facturas, manejar el presupuesto y tomar decisiones financieras importantes; por lo tanto, tienen una comprensión más profunda de la importancia de cumplir con las obligaciones crediticias y son más conscientes de las consecuencias de no hacerlo. A esto se suma, su amplia perspectiva para comprender el impacto financiero en la familia y la comunidad en caso de convertirse en “morosa”.
Para ellas, la falta de cumplimiento con las obligaciones crediticias no solo afecta su propio historial crediticio, sino también la capacidad de la familia para acceder a recursos financieros en el futuro. Y justamente, esta conciencia de las ramificaciones financieras a largo plazo puede motivar las mujeres a ser más cuidadosas y comprometidas en sus obligaciones crediticias.
Según estudios, generalmente los créditos destinados a mujeres tienen como fin en primer lugar a imprevistos de sus hijos, como ropa y útiles escolares (15%). En segundo lugar, estos recursos van para el pago de servicios públicos (12%). En el tercer escalón está el pago de otros préstamos (10%), y por último, para temas de salud, mercado o negocios propios (8%).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), el 79% de los hombres adultos en Colombia tienen al menos una cuenta bancaria, mientras que solo el 69% de las mujeres cuentan con una. Este panorama podría obedecer a que está demostrado que las mujeres son más propensas a buscar asesoramiento financiero y educación financiera, para entender mejor los términos y condiciones de sus préstamos y las opciones disponibles para ellas. Esta comprensión más profunda de las finanzas personales les permite tomar decisiones financieras más informadas y responsables.
Por este motivo, hoy en día, existen organizaciones financieras como RapiCredit, que están trabajando por disminuir la brecha y facilitar el servicio a un grupo poblacional que ha demostrado tanto interés y buen comportamiento.
“RapiCredit nació justamente por estas causas. Identificamos necesidades no resueltas en familias de estratos 1, 2 y 3, principalmente en hogares liderados por mujeres madres solteras y cabezas de familia, que veían en el crédito una oportunidad de inversión, crecimiento y alivio. Allí queríamos llegar y lo logramos. Hoy vemos que son las mujeres las que tienen mejor comportamiento de pago”, dijo Daniel Materón, CEO de RapiCredit.
Agregó que la compañía se ha dedicado alrededor de nueve años de operación a brindar acceso al crédito a personas que no contaban con este servicio por parte de las entidades financieras. Según sus estadísticas, el 44% de los créditos son solicitados por mujeres entre los 26 y los 35 años y también son ellas quienes cuentan con un mejor comportamiento a la hora de ponerse al día con sus obligaciones financieras.