La compañía de delivery ha ganado una fuerte cuota de mercado en un contexto marcado por la pandemia y en los próximos dos años aspira a construir un centro comercial digital en el que los usuarios puedan adquirir cualquier cosa a través de la app. Sus estrategias serán la expansión agresiva y los «Dark Stores».

“Tengo un sueño con lo que sucede en el mundo físico: que el cliente pueda comprar a través de Glovo lo que quiera en diferentes tiendas. Que puedas comprar un jamón aquí, un congelado allá y que te lo traigan todo en una hora o menos. Es decir, que puedas llegar a múltiples distribuidores y se elimine la fricción de tener que ir a cada sitio concreto”, afirmó Daniel Alonso, director de Grocery de Glovo.

El otro bastión en el que se apoya la estrategia de Glovo pasa por aunar la parte de restauración y la de supermercados. La clave para el unicornio español está, precisamente, en los pedidos pequeños, es decir, compras por internet que a las cadenas de alimentación no les interesa cubrir porque no les resultan rentables.

En este sentido, el directivo de Glovo pone de manifiesto que la oportunidad que supone solucionar una demanda al consumidor entraña un valor exponencial: “Nosotros, como marketplace, cubrimos una necesidad que el retailer no puede cubrir con su estructura de costes. Los clientes vienen por dos cosas o seis cosas y les permitimos cubrir el viaje de la compra de emergencia y de conveniencia”.

Glovo también busca ampliar la red de empresas de distribución con las que trabaja. La startup viene ampliando su oferta a un ritmo de 300 puntos de venta al mes con la meta de llegar a 10.000 el próximo año.

Tras esta estrategia están los «Dark Stores», definidos como centros de preparación de pedidos ubicados en el centro de las ciudades y que funcionan a modo de almacenes que preparan las entregas. Actualmente la compañía cuenta con 17 localizaciones como esta. Las primeras «Dark Stores» se le han ido quedando pequeñas a Glovo y la compañía necesita, ahora, espacio para que durante los picos de demanda se puedan preparar a la vez del orden de 600 pedidos en una hora. “Hemos aprendido de los errores. Empezamos con locales pequeños de 150 metros cuadrados y ahora estamos en los 1.000 o 1.500 metros cuadrados”, reveló el directivo de Glovo.

Para gestionar tal pico de demanda, concentrado en una hora determinada, la compañía se sirve de un algoritmo de gestión de flota y de gestión de «Dark Stores», también de un equipo de científicos de datos y de tecnología de predicción de inventario.

Glovo utiliza sus «Dark Stores» y optimiza su red logística para agilizar los tiempos de entrega. La compañía trabaja con tiempos de entrega muy cortos por lo que juegan un papel clave las llamadas órdenes consolidadas, es decir, que un sólo repartidor lleve dos pedidos cuyos puntos de entrega se sitúan en la misma ubicación o cerca. “Los 15 minutos de entrega en el radio de un kilómetro ya funciona. Esto nos permite bajar los costes de entrega a un nivel brutal”, subraya Alonso,

Aun así, a las «Dark Stores» les queda aún mucho por avanzar en automatización tecnológica, ya que, según cuenta Alonso, se apoya principalmente en trabajo humano. Para ello, Glovo tiene previsto instalar tecnología adicional para agilizar el proceso de preparación de pedidos y es que “una de las cosas únicas de Glovo es la fluctuación intradía.

Share This