Apenas un par de semanas después de lograr la hazaña con Space X de enviar un viaje tripulado a la estación internacional bajo la tutela de un privado, logrando un hito en el turismo espacial, este martes el multimillonario Elon Musk hizo otro anuncio desde Neuralink, la compañía de su propiedad que pretende conectar el cerebro humano con las computadoras: que está lista para hacer pruebas en humanos.

De momento, el sistema ha sido probado en ratas y primates con un alto nivel de éxito y quieren comenzar las pruebas en personas en el segundo semestre de 2020. En sus primeras fases esta tecnología se enfocará para pacientes con miembros robóticos para que tengan control total de las prótesis solo con impulsos neuronales, pero se quiere ampliar para personas que han perdido el habla o el oído, o trascender más allá realizando interfaces comerciales que nos permitan manejar a cualquiera nuestro móvil u ordenador tan solo con la mente.

La tecnología consta de dos partes: por un lado, unos hilos flexibles, más delgados que un cabello humano, y que portan en su interior los electrodos que recogen la actividad cerebral. Por el otro, el hardware que conecta estos hilos al cerebro a razón de 192 electrodos por minuto. La combinación de ambas proporciona un cableado que tiene como principal ventaja que evita los vasos sanguíneos, lo que reduce los aspectos negativos en caso de respuestas inflamatorias.

No es una idea nueva, pues ya se han desarrollado y se están probando interfaces parecidas, pero Neuralink es mucho menos invasiva y dañina que los sistemas anteriores. La idea es que los electrodos se conecten con el cerebro a través de la tecnología láser, y que externamente los hilos acaben en una especie de interruptor que se coloca detrás de la oreja (parecido a un audífono) que a través de conexión Bluethooth o USB pueda conectarse con nuestro móvil, que tendrá una aplicación para gestionar todo el programa.

Los científicos independientes han advertido en repetidas ocasiones que los resultados de los animales de laboratorio podrían no traducirse en éxito humano y que se necesitarían pruebas en humanos para determinar la promesa de la tecnología.

Recientemente, los datos más avanzados para estudios en animales provienen de la compañía belga Imec y su tecnología Neuropixels, que cuenta con un dispositivo capaz de recopilar datos de miles de células cerebrales separadas a la vez.

Neuralink una startup del futuro

Neuralink, basada en San Francisco (Estados Unidos) fue fundada en 2016 por Elon Musk con ocho socios más. Desde su creación, el equipo de Neuralink se ha caracterizado por su alto grado de discreción a la hora de revelar información, ya que la existencia de la compañía no sería anunciada al público hasta 2017, y la información sobre la tecnología que se encontraban desarrollando no sería revelada hasta el año pasado.

Precisamente al respecto, Máx Hodak, Presidente de Neuralink y uno de sus cofundadores, afirmó recientemente que planean trabajar con neurocirujanos en la Universidad de Stanford y posiblemente otras instituciones para realizar experimentos tempranos, por lo cual han sumado a Jaimie Henderson, profesora de neurocirugía en Standford y especialista en el tratamiento de la epilepsia y el uso de un tratamiento conocido como estimulación cerebral profunda, como una de sus asesoras científicas principales.

Queremos quitarnos esta carga de modo sigiloso para que podamos seguir construyendo y haciendo cosas como personas normales, como publicar artículos por ejemplo«, agregó Hodak, quien reconoció además que queda un largo camino por recorrer para empezar a dar un uso comercial a su tecnología, pero publicar su trabajo es un paso importante.

La compañía, que cuenta actualmente con 90 empleados, ha recibido USD 158 millones dólares de inversión, de los cuales USD 100 millones han sido invertidos por el propio Musk.

La visión a corto y largo plazo de Neuralink

Neuralink tiene como objetivo a corto plazo crear interfaces cerebro-computadora que puedan tratar distintas enfermedades causadas por desórdenes neurológicos. Dichas interfaces tienen el potencial de ayudar a personas con una amplitud de desórdenes clínicos. Investigadores han demostrado que con su uso pacientes han sido capaces de controlar cursores de computadoras, prótesis robóticas y sintetizadores del habla. Lo que demuestra su potencial uso en el área médica para tratar con pacientes que presenten discapacidades debido a desórdenes neurológicos.

Si bien dichos estudios han demostrado que es posible la transferencia de información entre máquinas y el cerebro, el desarrollo de interfaces cerebro-computadora se ha visto limitado debido a la incapacidad que tienen estas de recopilar información de un mayor número de neuronas. Por esa razón, el equipo de Neuralink busca desarrollar un dispositivo capaz de aumentar el orden de magnitud de neuronas de las que se pueda extraer información y estimularlas de forma segura y duradera mediante un procedimiento simple y automatizado. Es decir, recopilar información y estimular selectivamente la mayor cantidad de neuronas posibles a lo largo de varias áreas del cerebro.

Como objetivo a largo plazo se espera que las interfaces cerebro-computadora estén disponibles para el público general y se integren como tecnología imprescindible en la vida diaria, similar a la forma en la que, actualmente, tecnologías como los teléfonos móviles u ordenadores portátiles son de uso esencial en el día a día.

Musk ha declarado en múltiples ocasiones su creencia de que la inteligencia artificial representa un riesgo para los seres humanos, debido a la posibilidad de que esta supere en habilidades a la raza humana. Para él, la mejor solución al problema sería, en vez de seguir desarrollando sistemas de AI externos a los seres humanos, lograr una simbiosis total con la inteligencia artificial de modo que pueda ser controlada. Lo que se lograría creando una capa de inteligencia artificial sobre la corteza cerebral, sistema que se está desarrollando con Neuralink.

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