En el mundo de los negocios y la tecnología, el término ‘unicornio’ se ha convertido en la palabra de moda para describir a las empresas emergentes que están revolucionando la forma de hacer las cosas como Rappi, Uber, Airbnb y SpaceX. Sin embargo, en un escenario vertiginoso y cambiante como el de hoy en día, es normal que a menudo aparezcan conceptos y denominaciones para describir nuevos fenómenos. Este es el caso del término “burricornio” que en los últimos días se ha introducido en el mundo de las startups y le ha “volado la cabeza” a muchas personas, incluso, a algunos gurús de esta materia.

Se trata de una combinación de las palabras «burro» y «unicornio», que representan el potencial significativo de crecimiento que tiene una empresa, aún sin haber alcanzado una valoración de mercado por encima de los US$1.000 millones, como sucede en los unicornios. Y es que a diferencia de estos últimos, suelen tener un enfoque más modesto y realista, pero también una propuesta de valor única y un modelo de negocio sólido, como es el caso de Slack, Zoom y TransferWise.

Tomás Ríos, director de On.going, el nuevo Centro de Emprendimiento en Eafit, dijo que este tipo de startups son muy parecidas a las “camello”. Lo que significa que cuentan con inversiones más pequeñas (tipo serie A) y buscan un crecimiento exponencial basado en rentabilidad, pero no sueñan con ser unicornio, solo quieren permanecer en el tiempo.

Tomás Ríos, director de On.going EAFIT

Para Alejandro López, CoCEO y Cofounder de Vozy, la única y principal diferencia entre un unicornio y un burricornio es la valoración de mercado. Como bien se sabe, los primeros son empresas emergentes que han alcanzado una valuación de al menos US$1.000 millones, mientras que los segundos no. Sin embargo, comparten el potencial de crecimiento debido a su enfoque innovador y su capacidad para revolucionar la forma de operar. No es un secreto que el ecosistema empresarial colombiano, sin importar la categoría, suele estar liderado por emprendedores visionarios y ambiciosos que están dispuestos a correr riesgos y a reinventarse.

“Hay dos compañías de software. Una factura US$100 millones y la otra también. Una tiene 300 empleados y la otra igual. Ambas crecieron a tasas similares pero una levantó capital a una valoración de unicornio y la otra no”, eso hace la diferencia, comentó López para explicar su criterio respecto a ambos conceptos.

Alejandro López, CoCEO y Cofounder de Vozy

De acuerdo con el criterio de otros expertos como Gregorio Londoño Soto, director Red Ángeles Inversionistas, la disparidad entre unicornio y burricornio “es una falacia, no hay versus, hay condiciones en el mercado y reacciones a ellas, en este caso a la liquidez”.

¿El unicornio es el fin?

El coCEO de Vozy aseguró que muchas startups como en su caso, no tienen ningún interés por la valuación, ni por convertirse en la simbología de ese ser mítico que representa un caballo blanco con un cuerno en la frente. “Nos interesa el impacto y la capacidad que tengamos de seguir creando valor para el mercado, nuestros colaboradores y los inversionistas”, anotó.

Si bien, el “Unicornio” es para muchos emprendedores llegar a la luna, y representa éxito y poder; existe otra proporción en América Latina para quienes serlo no es su fin. A propósito, Tomás Ríos citó un informe de Crunchbase que demuestra que en 2022, América Latina solo tuvo 33 unicornios de los más de 1.150+ que se registraron en el mundo.

Es muy fácil pensar que los “unicornios” son rentables porque suelen ser muy visibles, por las altas inversiones que se les inyecta y por su tipo de modelo de negocio de gran escala, dijo Ríos, pero no todo es así de fácil y todo tiene su costo. “En los primeros años de una empresa, conseguir las inversiones necesarias y lograr valoraciones altas puede generar grandes pérdidas. Sin embargo, lo más importante es mantener a los usuarios y garantizar una buena experiencia con el producto o servicio ofrecido. Un ejemplo claro de esto es el primer «unicornio» de Colombia, que ha reportado pérdidas de casi 50 millones de dólares en el último año. Y este es solo uno de muchos ejemplos de empresas que han alcanzado un estatus de unicornio y luego han presentado resultados financieros negativos”.

De igual modo, Londoño subrayó que es común que haya un gran desconocimiento en torno al Venture Capital y cómo funciona el financiamiento de las startups. Muchas personas asumen que las empresas financiadas por VC deben ser rentables en un plazo corto, pero esto no siempre es cierto. De hecho, en muchos casos, una startup financiada con VC no está diseñada para ser rentable en los primeros años de operación, sino que se enfoca en el crecimiento.

Gregorio Londoño Soto, director Red Ángeles Inversionistas

“El objetivo de una startup financiada con VC es, en general, expandirse rápidamente y conquistar un mercado. Esto significa que la empresa puede invertir gran parte de sus ganancias en el crecimiento, la investigación y el desarrollo de nuevos productos o servicios, en lugar de centrarse en la rentabilidad inmediata”.

Para Ríos este puede ser un motivo de que las startups camello se conviertan, cada vez más, en una nueva tendencia en la región, ya que su enfoque en la rentabilidad y la reducción de costos las hace atractivas para los inversionistas que buscan un retorno de inversión rápido y sostenible.

A diferencia de los unicornios, que a menudo se enfocan en el crecimiento y la expansión a costa de las ganancias, las startups camello buscan un equilibrio entre el crecimiento y la rentabilidad. Esto significa que estas empresas se enfocan en la eficiencia operativa, la automatización y la reducción de costos para mantener su rentabilidad a largo plazo.

Pero es importante destacar que, independientemente del modelo de negocio que una empresa adopte, el éxito a largo plazo depende de su capacidad para adaptarse y evolucionar con los cambios del mercado. En un entorno empresarial cada vez más competitivo, las empresas deben estar dispuestas a innovar, experimentar y aprender de sus errores para mantenerse a la vanguardia.

El camino hacia la rentabilidad

 Gerry Giacomán Colyer, CEO y cofundador de Clara, dijo que 2022 fue el año donde las empresas, unicornio y no unicornio construyeron su camino hacia la rentabilidad. Por lo tanto emitió estas tres recomendaciones:

Gerry Giacomán Colyer, CEO y cofundador de Clara

• Todas las empresas deben desarrollar una disciplina financiera. Es necesario hacer una revisión crítica de la manera en que las compañías usan el capital para que este sea sostenible en el mediano y largo plazo, en lugar de concentrar los recursos en decisiones que traigan beneficios de corto plazo. Tener procesos internos apoyados en tecnologías que ayuden a sistematizar toda esta información puede ser una contribución invaluable.
• Enfocarse en la rentabilidad sostenible del modelo de negocio. La perspectiva de que invertir para el largo plazo es más importante que tener dividendos inmediatos, debe equilibrarse con un sentido de responsabilidad financiera y metas específicas de rentabilidad en función de plazos realistas.
• Concentrar los esfuerzos en la innovación del producto. Atender las necesidades de las empresas —que todos los días se transforman— a través del uso e implementación de tecnologías como inteligencia artificial y machine learning. Por ejemplo, desarrollar integraciones con otros softwares (ERPs) lo que ayuda a simplificar las operaciones financieras y administrativas de las empresas.

Aunque los unicornios han sido la tendencia dominante en los últimos años, las startups camello están emergiendo como una alternativa atractiva para los inversionistas y emprendedores que buscan un equilibrio entre el crecimiento y la rentabilidad. Sin embargo, en última instancia, el éxito y la rentabilidad de cualquier empresa dependen de su modelo de negocio, su propósito y su capacidad para adaptarse a un mercado en constante cambio, más que en su categoría.