En el mundo de la gastronomía, siempre hay espacio para la innovación. La forma de crear y consumir alimentos ha cambiado drásticamente en los últimos años, y ahora más que nunca, la tecnología se ha convertido en un elemento clave en el éxito de cualquier negocio.

En Colombia, un grupo de emprendedores ha decidido aprovechar este momento para crear Bacu, una cadena de restaurantes con la mirada puesta en la tecnología. Se trata de tres exempleados de la popular aplicación de entrega de comida Rappi: Mateo Albarracín, Stephanie Gómez y Juan Osuna, quienes se unieron al chef Andrew Clarkson para crear un concepto innovador de restaurantes.

Bajo la dirección de este equipo, la empresa ha iniciado su camino y recientemente levantó fondos por US$6 millones, respaldada por firmas como Benchstrenght Capital, Hof Capital, Reshape Ventures, H20 Capital Innovation y Kamay Ventures, un brazo de inversión corporativa de Coca-Cola Latinoamérica y Grupo Arcor, con el ánimo de potenciar su concepto de comfort food, a través de tiendas físicas y dark kitchens.

En la ronda también participaron ángeles inversionistas como: Felipe Villamarín y Simón Borrero, cofundadores de Rappi; Isabella Fernández y Camilo Obregón, cofundadores de Poke; Diego Caicedo, cofundador de Klym; Juan Pablo Ortega y Julián Nuñez, cofundadores de Yuno; Ángela Acosta, cofundadora de Morado y Jun Sung Hwang, que se ha dedicado a invertir luego de pasar por Tesla como jefe de producto.

Como se mencionó, para esta startup la tecnología es uno de los elementos fundamentales en la experiencia de los clientes. Y aunque cuando se entra en uno de sus restaurantes, no parece muy diferente a cualquier otro establecimiento gastronómico, lo cierto es que detrás de todo eso, hay un equipo de emprendedores apasionados por crear una experiencia única y un servicio más eficiente y personalizado.

Bacu brinda opciones para que cada cliente pueda disfrutar de su comida a su manera. Para ello, el restaurante ofrece diversas opciones, como la experiencia a la mesa para quienes buscan este tipo de servicio; la atención en la barra para aquellos que tienen prisa, y las Dark Kitchens, que son nodos de delivery especializados en realizar entregas eficientes y llegar a un mayor número de clientes.

Stephanie Gómez, Co-fundadora de Bacu, resalta que su restaurante además de buscar la eficiencia en los procesos internos, también está interesado por tener un mayor conocimiento sobre los gustos y preferencias de sus clientes, así como ofrecer opciones de pago fáciles y sencillas.

Gracias a su estrategia de presencia omnicanal, Bacu ha demostrado ser una de las marcas de gastronomía más exitosas en Colombia. En tan solo cuatro meses desde su apertura, se ha posicionado como una de las 60 marcas con mayor reporte de ventas en el país.

Además, su índice de crecimiento sugiere que cerrará este año con una facturación de $70.000 millones y se proyecta que para el año 2026 será una de las 15 marcas más grandes de la nación, con reportes de ventas superiores a los 100.000 millones.

No obstante, “como próximo hito, para 2024 la compañía prepararía su expansión natural hacia países como México, Chile, Perú y el resto de Latinoamérica”, aseguró Stephanie Gómez.

Actualmente, esta startup cuenta con cuatro sedes en Bogotá (dos en la Zona G y en Chicó) y alrededor de 200 colaboradores, que han sido claves para tener este éxito en la industria de la comida.

En cuanto a la oferta gastronómica, esta empresa busca ofrecer opciones nutritivas, sostenibles y deliciosas para sus clientes. Su menú incluye una variedad de platos saludables, como ensaladas, bowls, sándwiches y snacks. También cuentan con alternativas vegetarianas y veganas, y se enfocan en utilizar ingredientes locales y de temporada para reducir su huella de carbono y apoyar a los productores locales.

Además de estas acciones, también ha implementado medidas sostenibles en su operación, como el uso de envases biodegradables y la implementación de prácticas de reciclaje en sus restaurantes.