La ciencia de la psicología positiva afirma que del 100% de posibilidades de que una persona sea feliz, el 50% está determinado por su carga genética, es decir, hay que evaluar de quién es hijo y nieto para comprender mejor su estado de ánimo, pues de allí proviene una alta predisposición a estar feliz o triste. Otro 40% depende de las decisiones que toma la persona, y el 10% restante depende de las circunstancias a las que se enfrenta.

A ello se le suma que los seres humanos nos volvemos adictos al dolor. Esto, según la consultora de felicidad y marca personal, Sylvia Ramírez, contribuye a explicar por qué la felicidad es una decisión y para tener un pensamiento positivo, se requiere querer tenerlo y arrancarnos las etiquetas de nuestros propios dolores. La pregunta, afirma, sería “¿cuánta felicidad es uno capaz de soportar?”.

Ramírez afirmó que, para ser mas felices en el trabajo, los empresarios deben empezar a entender que la estrategia de negocio es llevada a cabo por personas. “Ad portas de la cuarta revolución hay que entender que la razón por la que estamos en los negocios no es la plata, sino permitir que las personas florezcan, y ejerzan su propósito de vida”, enfatizó la consultora.

Ante los empresarios asistentes al reciente World Leadership Forum de WOBI en Medellín, Ramírez compartió algunos consejos dirigidos a los directores de Talento Humano y presidentes de compañías. El primero es entender que tienen la oportunidad de servir, más que de mandar, y ese es un cambio de percepción que “cambia todo el juego”. Segundo, la felicidad funciona como una cascada, es decir, se irradia, por eso cuando una compañía tiene líderes vibrando a una frecuencia alta esto se contagia en sus empleados y se traduce en mejores resultados. Además, las personas se motivan más a actuar por el ejemplo, que por órdenes. Y por último, los invitó a disfrutar lo que hacen, pues está comprobado que una persona feliz en su trabajo es mucho más productiva.